San Pedro
Transposición
Rotoscopía
Situación
Retrato
viernes, 5 de diciembre de 2008
martes, 30 de septiembre de 2008
jueves, 11 de septiembre de 2008
jueves, 4 de septiembre de 2008
4/11
Costo muchisimo subir este video, perdon por la tardanza. Esta es mas o menos la idea. Falta hacer un par de videos, agregarle fondo a la silueta en la parte del tenis, agrgar cuadros a 2 caminatas q se ven muy entrecortadas, y el sonido. Espero q se entienda.
lunes, 1 de septiembre de 2008
1/9
Esto es lo que llevamos hoy a clase. No lo mostramos porq todavia no tiene un hilo marcado. La idea final sigue en el aire, pero hicimos algunos videos para tratar de conectar nuestras acciones.
jueves, 28 de agosto de 2008
sábado, 23 de agosto de 2008
Acciones
Aca estan los videos que no llevamos el lunes. Pido disculpas por no haber estado, y queria saber si hay que elegir una de entre las tres, o hacer la rotoscopia con todos los fragmentos.
jueves, 10 de julio de 2008
Entrega final
Este es el video que entregamos con algunas correcciones en los titulos, de algunos errores de los cuales me percaté más tarde.
lunes, 30 de junio de 2008
sábado, 28 de junio de 2008
martes, 24 de junio de 2008
Guión técnico
Plano 1: Plano general del living, panorámica para mostrar a Marta.
Plano 2: Plano pecho de Marta, reflejo en el espejo.
Plano3: Primer plano de Marta.
Plano 4: Plano detalle, Marta pasa el dedo por la repisa.
Plano 5: Plano medio de Marta, mira a A y voltea.
Plano 6: Plano medio de Marta, panorámica sigue a Marta hasta A.
Plano 7: Plano detalle de A. Mano de Marta que acomoda las estatuillas.
Plano 8: Plano medio, panorámica hasta punto anterior.
Plano 9: Primer plano de Marta con referencia de Daniela.
Plano 10: Plano americano de Daniela, tocan timbre y se levanta.
Plano 11: Ídem plano 9. Se ve a Daniela pasar por detrás de Marta.
Plano 12: Plano americano de Marta. Entran amigas de Daniela. Marta se va.
Plano 13: Plano medio de Marta. Sale de la casa y camina hacia la izquierda. Cámara acompaña en travelling (ida y vuelta)
Plano 14: Plano medio de Marta. Abre la puerta y se detiene asombrada.
Plano 15: Plano general del living (podría haber pequeña panorámica). Línea Daniela.
Plano 16: Ídem plano 14. Se desplaza hacia izquierda.
Plano 17: Plano detalle de pies de Marta mientras camina. Se tienen que ver muchos cables.
Plano 18: Plano americano de Marta. Entra caminando desde la derecha hacia el cuadro.
Plano 19: Plano pecho de Marta, acomodando el cuadro.
Plano 20: Plano medio de Marta. Se desplaza hacia derecha. Cámara la sigue con panorámica.
Plano 21: Ídem 7. Acomoda figuras.
Plano 22: Plano medio Marta. Mirando las estatuillas.
Plano 23: Primer plano de Daniela mirando a Marta.
Plano 24: Ídem 22. Marta sale vuelve a mirar hacia el set.
Plano 25: Plano general del living.
Plano 26: Plano medio de Marta, se va.
Plano 27: Plano general del living. Todos miran a la puerta.
Plano 2: Plano pecho de Marta, reflejo en el espejo.
Plano3: Primer plano de Marta.
Plano 4: Plano detalle, Marta pasa el dedo por la repisa.
Plano 5: Plano medio de Marta, mira a A y voltea.
Plano 6: Plano medio de Marta, panorámica sigue a Marta hasta A.
Plano 7: Plano detalle de A. Mano de Marta que acomoda las estatuillas.
Plano 8: Plano medio, panorámica hasta punto anterior.
Plano 9: Primer plano de Marta con referencia de Daniela.
Plano 10: Plano americano de Daniela, tocan timbre y se levanta.
Plano 11: Ídem plano 9. Se ve a Daniela pasar por detrás de Marta.
Plano 12: Plano americano de Marta. Entran amigas de Daniela. Marta se va.
Plano 13: Plano medio de Marta. Sale de la casa y camina hacia la izquierda. Cámara acompaña en travelling (ida y vuelta)
Plano 14: Plano medio de Marta. Abre la puerta y se detiene asombrada.
Plano 15: Plano general del living (podría haber pequeña panorámica). Línea Daniela.
Plano 16: Ídem plano 14. Se desplaza hacia izquierda.
Plano 17: Plano detalle de pies de Marta mientras camina. Se tienen que ver muchos cables.
Plano 18: Plano americano de Marta. Entra caminando desde la derecha hacia el cuadro.
Plano 19: Plano pecho de Marta, acomodando el cuadro.
Plano 20: Plano medio de Marta. Se desplaza hacia derecha. Cámara la sigue con panorámica.
Plano 21: Ídem 7. Acomoda figuras.
Plano 22: Plano medio Marta. Mirando las estatuillas.
Plano 23: Primer plano de Daniela mirando a Marta.
Plano 24: Ídem 22. Marta sale vuelve a mirar hacia el set.
Plano 25: Plano general del living.
Plano 26: Plano medio de Marta, se va.
Plano 27: Plano general del living. Todos miran a la puerta.
Argumento nuevo
La idea nueva, la mostramos ayer en el taller, seguiremos trabajando sobre ella:
Marta (50 años, ama de casa), fanática de la limpieza y el orden, se dispone a salir de su casa. Se prepara, controla que todo esté bien limpio y sale. Deja a su hija, Daniela (21 años, estudiante), en casa, junto con algunas compañeras de la facultad. Sale de la casa y revisa el bolso. Se da cuenta que se olvidó el celular y vuelve. Abre la puerta y se encuentra con su living transformado en un set de filmación, donde la hija y las compañeras se encuentran trabajando. Marta, asombrada, se acerca a un cuadro y lo acomoda, así también unas estatuillas. Se fija en los detalles para no caer en la idea de que su living ha sido arruinado. Después del momento de tensión, vuelve a salir.
Marta (50 años, ama de casa), fanática de la limpieza y el orden, se dispone a salir de su casa. Se prepara, controla que todo esté bien limpio y sale. Deja a su hija, Daniela (21 años, estudiante), en casa, junto con algunas compañeras de la facultad. Sale de la casa y revisa el bolso. Se da cuenta que se olvidó el celular y vuelve. Abre la puerta y se encuentra con su living transformado en un set de filmación, donde la hija y las compañeras se encuentran trabajando. Marta, asombrada, se acerca a un cuadro y lo acomoda, así también unas estatuillas. Se fija en los detalles para no caer en la idea de que su living ha sido arruinado. Después del momento de tensión, vuelve a salir.
Diario de Phoebe
Holden regresó anoche, y adivina qué: volvieron a expulsarlo. Hablamos un rato sobre esto. Ya no soporto escucharlo. Siempre poniéndose en el papel de víctima, y todo le molesta. No puedo creer que le de tanta importancia a lo que hacen los demás. ¡¿Por qué le preocupa tanto?! Además, parece que no hay nada que le guste hacer. Siempre está pensando en el lado malo de las cosas. Es como si siempre tuviera miedo. Es mi hermano, lo sé, y lo quiero, pero hay veces que realmente me molesta. Es que no lo entiendo. Si yo fuera así, no podría resistirlo. Yo no soy así. Degusta hacer muchas cosas. Me gusta jugar, bailar, leer, escribir. Y no le ando buscando defectos a la gente. No soy como él. A lo mejor sea cosa de mayores. Quizás irse de casa, y tener que asistir a esos colegios a kilómetros de aquí, termine por volver loco a todo el mundo. Conocer gente nueva, que te molesten los profesores, estar siempre pendiente de que no te expulsen. Puede ser que tenga razón, esas cosas parecen bastante molestas. ¡NO! ¡Pero que estoy diciendo! No hay razón para que sea tan malhumorado. Ojala no me convierta en él cuando crezca. Para eso, prefiero ser una niña por siempre.
lunes, 9 de junio de 2008
Argumento
Primer acercamiento a la idea de situación a trabajar. Se nos ocurrió cuando en medio de una maraña de ideas drámaticas y grises, uno de los integrantes propuso usar un disfraz y todo derivo en la comedia:
Juan (animador de fiestas infantiles), se encuentra animando la fiesta de un niño. Viste un disfraz de la pantera rosa. Los chicos se divierten con él, bailan y saltan, con música de fondo. La madre llama al cumpleañero para soplar las velitas. Los niños salen del cuarto, y Juan aprovecha su rato libre y sale al jardín. Se quita la máscara y se sienta en un banco. Saca un paquete y prepara un cigarrillo de marihuana. Lo comienza a fumar con actitud relajada. Los chicos salen al jardín y se paran en seco al ver a Juan sin su disfraz. Juan advierte la presencia de los chicos y trata de enmendar su error poniendose a bailar. Los chicos mantienen su expresión de desconcierto mientras ven bailar a Juan. Los chicos atacan a Juan.
Situación en literatura
Del amor y otros demonios - Gabriel García Márquez
“Es hora de irnos”, dijo el marqués.
La niña se levantó sin más explicaciones. El marqués la ayudó a vestirse para la ocasión. Buscó en el arcón unas chinelas de terciopelo, para que el contrafuerte de los botines no le maltratara el tobillo, y encontró sin buscarlo un vestido de gala que había sido de su madre cuando era niña. Estaba averiguado y percudido por el tiempo, pero era claro que no había sido usado dos veces. El marqués se lo puso a Sierva María casi un siglo después sobre los collares de santería y el escapulario del bautismo. Le venía un poco estrecho, y eso aumentaba de algún modo su antigüedad. Le puso un sobrero que encontró también en el arcón, y cuyas cintas de colores no tenían nada que ver con el vestido. Le quedó exacto. Por último le hizo una maletita de mano con una saya de dormir, un peine de dientes apretados para sacar hasta las liendres del carángano, y un pequeño breviario de la abuela con bisagras de oro y tapas de nácar.
Era domingo de ramos. El marqués llevó a Sierva María a la misa de cinco, y ella recibió de buen ánimo la palma bendita sin saber para qué. A la salida vieron amanecer desde la carroza. El marqués en el asiento principal, con la maletita en las rodillas, y la niña impávida en el asiento de enfrente viendo pasar por la ventana las últimas calles de sus doce años. No había manifestado la mínima curiosidad por saber para dónde la llevaban vestida de Juana la Loca y con un sombrero de carcavera a una hora tan temprana. Al cabo de una larga meditación el marqués le preguntó:
“¿Sabes quién es Dios?”
La niña negó con la cabeza.
Había relámpagos y truenos remotos en el horizonte, el cielo estaba encapotado, y el mar áspero. A la vuelta de una esquina les salió al paso el convento de Santa Clara, blanco y solitario, con tres pisos de persianas azules sobre el muladar de una playa. El marqués lo señaló con el índice. “Ahí lo tienes”, dijo. Y después señaló a la izquierda: “Verás el mar a toda hora desde las ventanas”. Como la niña no le hizo caso, le dio la única explicación que le daría jamás sobre su destino:
“Vas a temperar unos días con las hermanitas de Santa Clara”.
Por ser domingo de ramos había en la puerta del torno más mendigos que de costumbre. Algunos leprosos que se disputaban con ellos las sobras de las cocinas se precipitaron también con la mano extendida hacia el marqués. Él les repartió limosnas exiguas, una a cada uno, hasta donde le alcanzaron los cuartillos. La tornera lo vio con sus tafetanes negros, y vio a la niña vestida de reina, y se abrió paso para atenderlos. El marqués le explicó que llevaba a Sierva María por orden del obispo. La tornera no lo dudó por el talante con que lo dijo. Examinó el aspecto de la niña, y le quitó el sombrero.
“Aquí está prohibidos los sombreros”, dijo.
Se quedó con él. El marqués quiso darle también la maletita, y ella no la recibió:
“No le hará falta nada”.
La trenza mal prendida se desenrolló casi hasta el piso. La tornera no creyó que fuera natural. El marqués trató de enrollarla. La niña lo apartó, y se la arregló con una habilidad que sorprendió a la tornera.
“Hay que cortársela”, dijo.
“Es una manda a la Santísima Virgen hasta el día que se case”, dijo el marqués.
La tornera se inclinó ante la razón. Tomó a la niña de la mano, sin darle tiempo para una despedida, y la pasó por el torno. Como el tobillo le dolía al caminar, la niña se quitó la chinela izquierda. El marqués la vio alejarse, cojeando del pie descalzo, y con la chinela en la mano. Esperó en vano que en un raro instante de piedad se volviera a mirarlo. El último recuerdo que tuvo que tuvo de ella fue cuando acabó de atravesar la galería del jardín, arrastrando el pie lastimado, y desapareció en el pabellón de las enterradas vivas.
“Es hora de irnos”, dijo el marqués.
La niña se levantó sin más explicaciones. El marqués la ayudó a vestirse para la ocasión. Buscó en el arcón unas chinelas de terciopelo, para que el contrafuerte de los botines no le maltratara el tobillo, y encontró sin buscarlo un vestido de gala que había sido de su madre cuando era niña. Estaba averiguado y percudido por el tiempo, pero era claro que no había sido usado dos veces. El marqués se lo puso a Sierva María casi un siglo después sobre los collares de santería y el escapulario del bautismo. Le venía un poco estrecho, y eso aumentaba de algún modo su antigüedad. Le puso un sobrero que encontró también en el arcón, y cuyas cintas de colores no tenían nada que ver con el vestido. Le quedó exacto. Por último le hizo una maletita de mano con una saya de dormir, un peine de dientes apretados para sacar hasta las liendres del carángano, y un pequeño breviario de la abuela con bisagras de oro y tapas de nácar.
Era domingo de ramos. El marqués llevó a Sierva María a la misa de cinco, y ella recibió de buen ánimo la palma bendita sin saber para qué. A la salida vieron amanecer desde la carroza. El marqués en el asiento principal, con la maletita en las rodillas, y la niña impávida en el asiento de enfrente viendo pasar por la ventana las últimas calles de sus doce años. No había manifestado la mínima curiosidad por saber para dónde la llevaban vestida de Juana la Loca y con un sombrero de carcavera a una hora tan temprana. Al cabo de una larga meditación el marqués le preguntó:
“¿Sabes quién es Dios?”
La niña negó con la cabeza.
Había relámpagos y truenos remotos en el horizonte, el cielo estaba encapotado, y el mar áspero. A la vuelta de una esquina les salió al paso el convento de Santa Clara, blanco y solitario, con tres pisos de persianas azules sobre el muladar de una playa. El marqués lo señaló con el índice. “Ahí lo tienes”, dijo. Y después señaló a la izquierda: “Verás el mar a toda hora desde las ventanas”. Como la niña no le hizo caso, le dio la única explicación que le daría jamás sobre su destino:
“Vas a temperar unos días con las hermanitas de Santa Clara”.
Por ser domingo de ramos había en la puerta del torno más mendigos que de costumbre. Algunos leprosos que se disputaban con ellos las sobras de las cocinas se precipitaron también con la mano extendida hacia el marqués. Él les repartió limosnas exiguas, una a cada uno, hasta donde le alcanzaron los cuartillos. La tornera lo vio con sus tafetanes negros, y vio a la niña vestida de reina, y se abrió paso para atenderlos. El marqués le explicó que llevaba a Sierva María por orden del obispo. La tornera no lo dudó por el talante con que lo dijo. Examinó el aspecto de la niña, y le quitó el sombrero.
“Aquí está prohibidos los sombreros”, dijo.
Se quedó con él. El marqués quiso darle también la maletita, y ella no la recibió:
“No le hará falta nada”.
La trenza mal prendida se desenrolló casi hasta el piso. La tornera no creyó que fuera natural. El marqués trató de enrollarla. La niña lo apartó, y se la arregló con una habilidad que sorprendió a la tornera.
“Hay que cortársela”, dijo.
“Es una manda a la Santísima Virgen hasta el día que se case”, dijo el marqués.
La tornera se inclinó ante la razón. Tomó a la niña de la mano, sin darle tiempo para una despedida, y la pasó por el torno. Como el tobillo le dolía al caminar, la niña se quitó la chinela izquierda. El marqués la vio alejarse, cojeando del pie descalzo, y con la chinela en la mano. Esperó en vano que en un raro instante de piedad se volviera a mirarlo. El último recuerdo que tuvo que tuvo de ella fue cuando acabó de atravesar la galería del jardín, arrastrando el pie lastimado, y desapareció en el pabellón de las enterradas vivas.
lunes, 26 de mayo de 2008
Preguntas
¿Logré asimilar el concepto de retrato en la práctica?
¿Aprendí a ver de forma más profunda a las personas?
¿Logré mostrar algo de Irina que no vea el común de la gente?
¿Logré reflejar lo que conocí de mi retratada en el trabajo?
¿Me desempeñe bien en éste trabajo?
¿Encontré un autor que me sirviera de pista para encarrilar el trabajo?
¿Disfruté de la experiencia de retratar al personaje en un tren?
¿Estoy conforme con el punto de vista tomado?
¿Estoy conforme con el resultado final?
¿Me tengo confianza para aprobar este trabajo?
lunes, 19 de mayo de 2008
sábado, 17 de mayo de 2008
Idea de secuencia, banda sonora y caracteristicas del fotomontaje
La idea básica que tengo es mostrar la secuencia del proceso previo y el viaje en tren en sí. Para ello usaré una cantidad grande de imágenes (supongamos 40 o 45 imágenes en un minuto), con trancisiones por corte directo. La banda sonora constaría de un sonido "urbano" para el comienzo, el paso de un tren exageradamente fuerte para cuando se aborde el viaje. La composición de sonidos ambiente se debe a que no quiero salirme de la idea de cotidianeidad. Trabajando con sonidos comúnes podré mantener la idea de la vida urbana y mantener el viaje en tren en el plano de la rutina. Realmente no quiero salirme de eso.
Ultima serie








La idea del trabajo es mostrar un acto cotidiano de Irina. Este viajar diario en tren tiene a su vez su peculiaridad: camina 10 cuadras de más para tomarlo en vez de viajar en colectivo. Mi próxima meta será mostrar la secuencia de esta viaje, los pasos previos a subir al tren y el viaje en tren en sí.
Sonidos de Irina
1. "El ruido del tanque de agua me dice que el baño está ocupado"
2. "La llave de una puerta y a continuación esta que se abre. En casa todos nos encerramos cuando entramos al baño. Debe ser una costumbre que adquirimos todos a partir de que nos dimos cuenta de que mi padre entra sin tocar la puerta."
3. "Escucho ruidos de cacerolas. Platos. Choque de vidrios. Vasos. Es mi abuela que empieza a cocinar desde temprano."
4. "Pasos en el piso de abajo. Los reconozco por la velocidad. Le pertenecen a mi hermana. Siempre esta apurada en las mañanas. Hace mucho ruido. Despierta a toda la familia."
2. "La llave de una puerta y a continuación esta que se abre. En casa todos nos encerramos cuando entramos al baño. Debe ser una costumbre que adquirimos todos a partir de que nos dimos cuenta de que mi padre entra sin tocar la puerta."
3. "Escucho ruidos de cacerolas. Platos. Choque de vidrios. Vasos. Es mi abuela que empieza a cocinar desde temprano."
4. "Pasos en el piso de abajo. Los reconozco por la velocidad. Le pertenecen a mi hermana. Siempre esta apurada en las mañanas. Hace mucho ruido. Despierta a toda la familia."

Lo que me gusta de esta foto es que no muestra una de esas poses típicas de la foto familiar, llenas de hipocresía, y que tratan de encubrir la mierda que hay detrás con una sonrisa falsa. La que está en la foto conmigo es una de mis hermanas, la foto no estaba planeada, simplemente estabamos jugando. Prueba fehaciente de que realmente la quiero.
Despertares
Sueño ligero, producto de haberme acostado a las 4 sin ganas de dormir. Despierto una y otra vez, pero me quedo en la cama. Duermo. Despierto, hay luz en el cuarto contiguo y la ventana ilumina la mitad de mi habitación. Alcanzo a tientas el celular sobre la mesa al lado de mi cama. Son las 5:30, demasiado temprano. El noctámbulo en el cuarto de al lado comienza a recitar en voz altísima. Es mi hermana menor. No sé si me sorprende o me molesta que se haya levantado tan temprano para estudiar. Intento dormir y lo logro. Se enciende intensamente la luz de mi habitación. La lumbre me lastima los ojos y me cubro la cara con las sabanas. Alguien rebusca en el armario con total confianza de no haberme despertado. Se oyen las puertas sacudidas y el mover, sacar y poner de diferentes cosas. Deben estar buscando toallas. No sé por qué las guardan en mi cuarto. Se va, apaga la luz, y no me entero quien fue el sinvergüenza que se atrevió a despertarme por segunda vez. Inevitablemente despierto, chequeo el celular. Ya son las 8 y mis hermanas ya se deben haber ido al colegio. Me sorprende no haberme percatado de las tazas, charlas y la televisión, trajín habitual del desayuno. Intento nuevamente pegar el ojo pero no puedo. Ya se oyen los colectivos y trenes de la maldita Rivadavia, a media cuadra de mi casa, y la televisión me taladra la cabeza. Me debato entre la idea de rendirme a la mañana o seguir refugiado en mi cama. Entonces llega mi viejo, que agresiva e innecesariamente me viene a despertar, aclarando que ya es demasiado tarde para seguir durmiendo. Espero a que se vaya, no tengo ganas de hablar con él. Se oye el ruido del auto abandonando el garaje, señal para levantarme. Me pongo de pie con torpeza y tumbo un banco al salir. Mi cuarto está colapsado de cosas. En el baño enciendo la canilla y lo disfruto. Ruido blanco más perteneciente al sueño que a la trivialidad de la limpieza matinal. Voy llegando a la cocina y ya puedo oír la vieja cafetera que ya hace demasiado ruido al funcionar. Sirvo el café y lo tomo rápidamente. No me gusta estar en la cocina. Regreso al refugio de mi cuarto y me dispongo a dispersar mi mente antes de concentrarme en el trabajo de la facultad. Saco mi guitarra y toco acompañado de música fuertísima en la computadora. Justo como me gusta. Placer gratis, que me alegra la mañana.
Mi sujeto a retratar es Irina. Tiene 21 años y vive en Martínez. Es una persona muy activa y dispuesta a hacer de todo. En cuanto a actividades, le gusta dibujar (de chica copiaba fotos de bebés). Hizo boxeo y hockey. Juega al fútbol, y compite en un torneo que se juega en Pilar. Musicalmente se desempeñó en la guitarra, saxo y piano. Quiso aprender canto, pero prefirió relegarse al plano instrumental. Siempre soñó con tener el papel principal en una obra de teatro y cumplió su sueño en una obra escolar. Sentimentalmente no se da mucha importancia a si misma, se considera parecida al resto de las personas. Trabaja como pasante en red bull, donde cumple el papel de representante de ciudad universitaria en una delegación que reúne “embajadores” de diferentes facultades a fin de promocionar el producto. Comparte un auto con sus hermanos, aunque sigue disfrutando los viajes en tren. Personalmente me parece una chica muy activa y entretenida. Me alegra compartir este trabajo con ella.
miércoles, 23 de abril de 2008
domingo, 20 de abril de 2008
lunes, 14 de abril de 2008
Eugenia:




Aca está el intento de asimilar el punto de vista de un exhibicionista. No sé si te referías al exhibicionista módico, o al aspecto más morbido de la palabra. Yo intenté mostrar una actitud de "acá estoy, mirenme", ´traté de buscar objetos que se rostrifiquen y asimilen al menos un par de ojos. O también algúna cosa que apuntara hacia la cámara: hay un reflector, una flecha, un espejo. No sé que opinas de las fotos. En cualquier caso, personalmente, no me parece que ninguna funcione correctamente. Si me podrías dar alguna sugerencia, te lo agradecería.
Mariano.





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